La militancia surge del convencimiento que la política permite
mejorar la comunidad donde uno vive.
Muchos compañeros militan, trabajan, debaten, leen, opinan,
entregan horas de sus vidas durante muchos años en pos de ideales, de una
visión de sociedad, en la búsqueda de construir una comunidad mejor, más solidaria,
más justa, donde no haya explotadores ni explotados.
En estos grupos de militancia algunos tenemos el honor y la
responsabilidad de ejercer cargos elegidos por estos compañeros en primer
termino y luego por la comunidad a través del voto. A mí me toco ejercer
durante 6 años una concejalía en la ciudad donde nací y vivo lo que me llena de
orgullo y alegría.
Frente a esta tarea busque ejercerla con mi mayor dedicación
y apasionamiento, poniendo lo mejor de mí y priorizando el ejercicio del rol
por sobre cualquier otra tarea. Lo tome como la oportunidad de expresar esta
visión compartida con mis compañeros, dando testimonio con mis acciones y mis
intervenciones de esas ideas.
En el momento de iniciar la campaña de 2011 lei en un acto
Los nadies de Eduardo Galeano
Sueñan las pulgas con comprarse un perro
y sueñan los nadies con salir de pobres,
que algún mágico día
llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy,
ni mañana, ni nunca,
ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadies la llamen
y aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie,
los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados,
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos,
rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones,
sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos,
sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies,
que cuestan menos
que la bala que los mata.
y sueñan los nadies con salir de pobres,
que algún mágico día
llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy,
ni mañana, ni nunca,
ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadies la llamen
y aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie,
los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados,
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos,
rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones,
sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos,
sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies,
que cuestan menos
que la bala que los mata.
Al elegir este texto buscaba enmarcar la tensión que tendría
la tarea en función de tener presente a esas personas, familias, grupos descriptos
por Galeano, que no hacen presión, looby, que muchas veces no son tenidos como
desafío de representación, como centro de los cuestionamientos en los momentos
de las evaluaciones y correcciones de rumbo.
Al final del recorrido, al repasar las situaciones vividas,
los debates llevados a cabo, veo con alegría que el camino tuvo sentido y que
la conclusión del cargo deja pendiente seguir militando con los mismos desafíos
y compromisos.
Sigue faltando en nuestra ciudad una herramienta política
que construya el tipo de ciudad que soñamos, un colectivo que construya una
mayoría popular que plasme proyectos y avances en dicha dirección.
Es el desafío construirla entre todos los que compartimos
este sueño, sin sectarismos, buscando unidad en la diversidad, acordando
generosamente, en pos del objetivo mayor.
Espero haber ayudado en esa dirección, dejo la
responsabilidad del cargo con el orgullo de haber dado lo mejor y la esperanza
de seguir entregando mi experiencia y militancia en ese sentido.
Un abrazo compañero a cada uno de los que se indignan con cada
injusticia
En la alegría de seguir encontrándonos en la tarea
compartida
Raúl Ayude
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