viernes, 23 de noviembre de 2007

PRESENTE URGENTE


Desde hace un tiempo vimos con alegría algunos planteos hechos por la nueva ley de infancia, donde se busca reconocer a los chicos como sujetos de derecho, quitando la judicialización de la infancia y la institucionalización.
Más allá del planteo inicial se observo con claridad que, de no mediar otras propuestas que acompañen a la ley, la conformación de los equipos técnicos locales y del consejo local no alcanzaría para cubrir las necesidades surgidas de la falta de políticas concretas de empleo, vivienda, salud, educación. Solo tomar a los emergentes de esas situaciones de desestructuración social, es como buscar bajar la fiebre sin atacar a las causales.
Esta mezcla de buena voluntad y falta de radicalidad en las políticas hacia la infancia es un hecho preocupante. En lo coyuntural, porque se asiste al fin de un régimen sin el inicio de uno nuevo, así que con todas las críticas al anterior sistema, aun lo poco de bueno que se podría haber dado se ha perdido para que todavía no surja una alternativa efectiva.
Cuando escucho hablar de redes, desde hace varios años ya, pensando en lo que ya esta pero coordinado, sin generar procedimientos y fondos especiales que movilicen esta organización, me suena a que las cosas no se hacen por falta de interés o de coordinación y esto no es exacto a mi juicio.
Muchas personas relacionadas con salud, justicia, educación, ong´s, iglesias, en contacto con niños y familias en riesgo, requieren procedimientos precisos que den por resultado una acción directa sobre estas situaciones sociales.
Un niño que abandona la escuela, que no aprende, originado esto por necesidades de vivienda y hacinamiento, combinado con dificultades intelectuales de uno de los padres, enfermedades sociales, falta de empleo, hipoestimulación, requiere apoyos específicos, pero esencialmente requiere soluciones para las causales de sus dificultades o riesgos.
No alcanza lamentablemente, con fonoaudiología y psicología, sin por esto menospreciar estos aportes profesionales, sin ponerlos en el contexto social correspondiente.

Debe haber trabajo, vivienda, salud, educación, y que en este marco se debe procurar proteger a los chicos primeramente estamos totalmente de acuerdo, lo importante es ver que no se puede comenzar por el final, sino que se debe buscar sostener a los chicos, mientras se atacan las causales.
La asignación universal por menor de 18 años es una necesidad urgente. Procedimientos y proyectos específicos que contengan y estimulen la contención familiar de la niñez, relacionada con la escuela, con el deporte, con la cultura.
No es solo un problema de voluntad, sino de recursos y organización. Es en esto que se demuestra la voluntad política.
Quizás haya que cambiar las conjugaciones verbales, para evitar que estos pibes sean un futuro imperfecto es imprescindible que hoy se conviertan en un presente urgente.