viernes, 18 de noviembre de 2011

Cacho de Villa Mitre


Cuando me mudé a media cuadra de las cinco esquinas tenía la comodidad de poder leer los domingos al mediodia los diarios de Buenos Aires.

Se me ocurrió encargárselos al kiosquero de la esquina. Al poco tiempo se me había hecho el hábito de levantarme, prepararme unos mates y escuchar algo de música, y a eso de las 1130 ir a la esquina a buscar los diarios.

Cacho me dejaba atendiendo el kiosco y se iba con su motito a buscar los diarios. Cuando llegaba me regalaba unos caramelos por haberle atendido el kiosco.

Charlando me contó que estaba ahí desde hacia unos años y que ese típico lugar de chapa pertenecía al Hogar del Anciano y que tenía ganas de pintarlo. Se me ocurrió conseguir la pintura para darle una mano y se entusiasmó enseguida.

Al poco tiempo el tema era con qué colores pintarlo, me dijo que deberia ser con los colores de la Villa, aunque él era de Bella Vista, donde habia jugado al fútbol.

Así quedó, con el techo negro y una franja inferior de verde. Un escudo dibujado en uno de los costados,y el centro todo blanco.

Un domingo lo encontré diciendole a un muchacho de una Iglesia que le agradecía pero que él no creia, cuando el chico se fue me contó que habia perdido un hijo en un accidente, que era muy joven y que eso lo llevaba a no creer.

Al tiempo me mudé y cuando podía pasaba por el barrio a saludarlo.

Este jueves mi hija me avisó que el hombre que habian atropellado un auto cuando iba en su moto era Cacho, que estaba jodido.

A la mañana de hoy, cuando iba a llamar a un amigo al hospital para ver como andaba, leo en una página local que había fallecido.

Se me ocurrio escribir esta pequeña nota para recordarlo y así procesar la pena de que ya no esté.

Un abrazo largo a ese hombre sencillo y cálido que Villa Mitre extrañará.