viernes, 3 de agosto de 2007

A medias

Como cada discusión que acompaña un anuncio del gobierno municipal, son los propios vecinos los que salen a discutir que proyecto se llevará a cabo, en este caso con el traslado del Mercado de Pulgas y la localización de los cartoneros en el ex Mercado Victoria.
Son dos temas distintos que tienen un eje común la intervención del estado municipal frente a problemáticas sociales.
Algunas semejanzas: son fuentes informales de trabajo, no poseen lugar físico, requieren de la participación municipal para controlar y fomentar oportunidades, en ambos casos el estado retacea sus recursos (que si vuelca en otras obras de estética en la ciudad) y propone soluciones precarias sin consultar a los vecinos del lugar, ni proponer un plan contenedor.
Es probable que surjan elementos discriminatorios de algunos vecinos, especialmente sustentados en la desconfianza: por el constante machaque de los medios de ver la inseguridad en los pobres, en lo distinto, y hacia el estado que al no presentar una propuesta integral deja muchos aspectos sin sostener y aclarar, sin hacerse cargo en la medicación de la situación. Solo habrá que esperar unos días para que los propios miembros de los grupos intervinientes (cartoneros y feriantes) empiecen a manifestar sus propios reparos
Cabe aclarar que en el caso del Mercado de Pulgas las acusaciones de falta de controles respecto al origen de muchas de las cosas comercializadas ha sido objeto de innumerables denuncias, como así también la falta de control.
Es obvio aclarara que si lo que se presentara fuera un proyecto de integración de las necesidades de estos dos grupos de bahienses de generar su sustento diario, que contara con inversión en infraestructura, controles, responsabilidad de un funcionario del municipio, coordinación con las necesidades de los vecinos, las resistencias serían menores.
Aun siendo cargoso, es obvio que esto debe discutirse antes con los actores y que surja en base a consensos claros.
Un último aparte: cuanto nos perdemos como ciudad, como comunidad de riqueza de aprender a construir soluciones comunes en base al debate y la conformación de acuerdo entre los vecinos, a construir juntos proyectos que nos unan como comunidad. No solo los conflictos que se generan por hacer las cosas al revés...