miércoles, 19 de marzo de 2008

Costumbres que matan


Nos acostumbramos cada fin de semana a recibir noticias sobre jóvenes muertos o heridos en accidentes de transito o agresiones y peleas en las salidas de los boliches. Recibimos noticias de muertes en las rutas y en las hinchadas.

Nos acostumbramos si somos ajenos al suceso.
Si es nuestro hijo el que maneja, el que agrede, el agredido o el que murió, nunca nuestra vida será igual.
Esta semana perdimos vecinos en accidentes de transito, jóvenes y ancianos.
Existen varios aspectos que son coincidentes en estos sucesos: la violencia, la falta de respeto por la vida propia y ajena.

Vidas truncas. Sueños pendientes. Dolor.

¿Qué nos pasa como sociedad que no valoramos la vida? ¿Qué perdió sentido para dejar de cuidarnos? ¿Debe ser un riesgo asumido salir en bicicleta, ir a bailar un fin de semana, viajar en la ruta o ir a una cancha de fútbol? ¿Será parte de un estilo de vida que no podemos recuperar? ¿Qué podemos hacer? ¿Para que corremos? ¿Hacia dónde?

Alem. Dolores. Villalonga. Bicicleta.

Tenemos que bajar un cambio. Pensar.

Un atentado con coche bomba en algún país en conflicto, tiene las misma cantidad de victimas que En nuestros “accidentes”.

Somos muchos los que pensamos, antes que nuestros hijos salgan, si no les pasará algo. Y somos nosotros mismos los que manejamos asumiendo riesgos, generando peligros.
Todos son nuestros hijos.

Esto sucedió con el boulevar de masetas construido en Alem. Hace 25 años moría un compañero de 15 años a media cuadra, en una situación similar.

Con el asesinato de un joven en Buenos Aires pensamos en parar el fútbol, y quizás debamos parar el país, antes que sea demasiado tarde.

Quizás debamos sacar algunos de los operativos de las 12 del mediodía los días de semana y hacerlos de 2 a 7 hs. los sábados y domingos.

Solidaridad. Acompañar al otro, compartir el destino. Se nos mueren hijos.