martes, 27 de octubre de 2015

Los desafíos siguen pendientes, solo que se vuelven cada día más urgentes

Primeros análisis del nuevo escenario

En estas elecciones se definió con un 43,6% que Gay y el macrismo gobiernen la ciudad contra un 35,3 % de Feliú. Que la provincia sea gobernada por Vidal y el macrismo con un 52% de votos en Bahía (gano en la provincia con un 39,5% contra un 35,2% de Aníbal Fernandez) , y que exista una segunda vuelta entre Macri y Scioli.

Creo que el análisis de los tres escenarios tiene aspectos en común y otras particularidades de cada elección.

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El triunfo de Gay, quien sacó 8 puntos menos que Vidal y casi lo mismo que Macri, por sobre Feliú, coloca a la ciudad en un gobierno de aparentemente nuevo origen, sin historia política, con la idea de cambio.

Esto que aparece como imagen, no pareciera ser la realidad. Se ganó las elecciones con el apoyo del electorado, en el marco de una buena elección nacional y especialmente provincial, pero es innegable el apoyo de estructuras de poder en la construcción del macrismo local. Medios, empresas y corporaciones: es una elección que se ganó desde el centro al barrio.

Un gobierno local desaparecido, una alternativa k que se armó durante el proceso electoral, que sufrió la mala imagen y el consiguiente corte de boleta sobre Aníbal como candidato a gobernador, una polarización que anuló otras opciones, solo sobreviviendo el masssimo, no por peso propio sino por arrastre.

Queda un escenario de reacomodamiento, donde se verá quienes colaboran con el gobierno de Gay y quienes toman una postura de oposición. En esa estrategia lavada de no confrontar con el poder, de no exponerse apareciendo contra la popularidad, muchos esperarán escondidos.

Algunos de los que puedan criticar no vendrán de espacios o prácticas muy distintas, sino simplemente estarán parados enfrente por una cuestión de escenario político.

Algunos que parecen estar frente al macrismo, se muestran en principio como neutrales y respetan la voluntad popular, muchos se acomodarán a la sombra del poder de turno, como sucede a menudo.

Y nosotros?

Decir que Bahía es lo que es, describiéndola como conservadora, gris, milica, corporativa, careta, es en gran parte reafirmarla, constituirla como tal, decir que no se puede cambiar y es generar una corriente que afirma que la forma de acceder al poder es mimetizarse, lavarse, licuarse, esconderse.

Pero lo que creo que es clave analizar ahora es describir lo que no está enfrente, lo que no hemos sabido hasta ahora construir y que se constituye en nuestro principal desafío.

Si queremos construir una ciudad distinta, nos tenemos que preguntar qué ciudad es esa, debatirla y ver qué pasos organizativos y de unidad son necesarios para realizarlo.

Lo sucedido en las elecciones es un mensaje para sus protagonistas, pero también para los que militamos en política y queremos cambios que parecen más lejanos en vista de estos resultados.

Preguntarnos qué es necesario hacer organizativamente para construir mayor poder popular.

La provincia

Es un batacazo que el macrismo gane la provincia. Hace 28 años que el peronismo la gobierna. El triunfo de Vidal fue el espaldarazo que le permitió a Macri llegar al ballotage.
Scioli es el actual gobernador, le gana en la provincia a Macri en las presidenciales, por 4,5 %.
La elección de Aníbal como candidato quizá logro ambos resultados: el triunfo de Vidal y el crecimiento de Macri.

Los errores del sciolismo, la crisis provincial en educacion, salud, infraestructura, el combate del kirnechrismo a su gestión desfinanciándolo, Aníbal, las expectativas sobre Vidal, creo que son aspectos que pueden haber contribuido al escenario final.

La ilusión se repite en la provincia tanto como en la ciudad: la idea de una estructura nueva. Sin aparato, Vidal va a gobernar sola, sin apoyarse en el peronismo, o en mi entender en este caso, en el peronismo de raíz duhaldista, o quizá como parte de un posible arreglo con Massa.

Los cambios, con otros protagonistas, con otros o similares acuerdos de poder, la diferencia en la gestión, los ajustes nacionales y provinciales y su repercusión en la comunidad, son hoy dudas e hipótesis que no tienen respuesta.

La nación, ballotage y después

Elegir entre Scioli y Macri es redundante, pero deja en el centro dos administraciones de poder.

El kirchenerismo se debatirá en volver a redoblar la apuesta como hizo hasta ahora en cada crisis, o en sciolizar la campaña.

Más allá de semejanzas, los componentes de cada una de las fuerzas son distintos, el peso de esas estructuras propias condiciona determinadas acciones. Los componentes populares forman parte del sciolismo.

Qué hacer en el ballotage para las fuerzas independientes a esas estructuras oscilará entre acuerdos que garanticen cargos y poder o principios de lectura política que emparentan a ambos dirigentes y espacios o quienes los diferencian en relación al campo popular o a las críticas al kirchenerismo y los cambios buscados.


Lo pendiente

Lo que preocupa dentro de la propia identidad es la falta de una fuerza nacional, provincial y local que exprese un modelo de país, provincia y ciudad que deseamos, que nos permita encontrarnos para debatir, organizarnos y construirlo.

El kirchnerismo ha generado debates y acciones, pero su organización es netamente justicialista, con líneas internas y momentos de poder, y con jefaturas centralizadas.

Desde las terceras fuerzas no se ha logrado generar una continuidad y autonomía que permita articular frentes que no absorban o anulen dichas fuerzas. Todas se han licuado en frentes donde han perdido identidad y organización, siendo absorbidas por las estructuras centrales de poder.


Los desafíos siguen pendientes, solo que se vuelven cada día más urgentes.