Primeros
análisis del nuevo escenario
En
estas elecciones se definió con un 43,6% que Gay y el macrismo
gobiernen la ciudad contra un 35,3 % de Feliú. Que la provincia sea
gobernada por Vidal y el macrismo con un 52% de votos en Bahía (gano
en la provincia con un 39,5% contra un 35,2% de Aníbal Fernandez) ,
y que exista una segunda vuelta entre Macri y Scioli.
Creo
que el análisis de los tres escenarios tiene aspectos en común y
otras particularidades de cada elección.
Pago
Chico
El
triunfo de Gay, quien sacó 8 puntos menos que Vidal y casi lo mismo
que Macri, por sobre Feliú, coloca a la ciudad en un gobierno de
aparentemente nuevo origen, sin historia política, con la idea de
cambio.
Esto
que aparece como imagen, no pareciera ser la realidad. Se ganó las
elecciones con el apoyo del electorado, en el marco de una buena
elección nacional y especialmente provincial, pero es innegable el
apoyo de estructuras de poder en la construcción del macrismo local.
Medios, empresas y corporaciones: es una elección que se ganó desde
el centro al barrio.
Un
gobierno local desaparecido, una alternativa k que se armó durante
el proceso electoral, que sufrió la mala imagen y el consiguiente
corte de boleta sobre Aníbal como candidato a gobernador, una
polarización que anuló otras opciones, solo sobreviviendo el
masssimo, no por peso propio sino por arrastre.
Queda
un escenario de reacomodamiento, donde se verá quienes colaboran con
el gobierno de Gay y quienes toman una postura de oposición. En esa
estrategia lavada de no confrontar con el poder, de no exponerse
apareciendo contra la popularidad, muchos esperarán escondidos.
Algunos
de los que puedan criticar no vendrán de espacios o prácticas muy
distintas, sino simplemente estarán parados enfrente por una
cuestión de escenario político.
Algunos
que parecen estar frente al macrismo, se muestran en principio como
neutrales y respetan la voluntad popular, muchos se acomodarán a la
sombra del poder de turno, como sucede a menudo.
Y
nosotros?
Decir
que Bahía es lo que es, describiéndola como conservadora, gris,
milica, corporativa, careta, es en gran parte reafirmarla,
constituirla como tal, decir que no se puede cambiar y es generar una
corriente que afirma que la forma de acceder al poder es mimetizarse,
lavarse, licuarse, esconderse.
Pero
lo que creo que es clave analizar ahora es describir lo que no está
enfrente, lo que no hemos sabido hasta ahora construir y que se
constituye en nuestro principal desafío.
Si
queremos construir una ciudad distinta, nos tenemos que preguntar qué
ciudad es esa, debatirla y ver qué pasos organizativos y de unidad
son necesarios para realizarlo.
Lo
sucedido en las elecciones es un mensaje para sus protagonistas, pero
también para los que militamos en política y queremos cambios que
parecen más lejanos en vista de estos resultados.
Preguntarnos
qué es necesario hacer organizativamente para construir mayor poder
popular.
La
provincia
Es
un batacazo que el macrismo gane la provincia. Hace 28 años que el
peronismo la gobierna. El triunfo de Vidal fue el espaldarazo que le
permitió a Macri llegar al ballotage.
Scioli
es el actual gobernador, le gana en la provincia a Macri en las
presidenciales, por 4,5 %.
La
elección de Aníbal como candidato quizá logro ambos resultados: el
triunfo de Vidal y el crecimiento de Macri.
Los
errores del sciolismo, la crisis provincial en educacion, salud,
infraestructura, el combate del kirnechrismo a su gestión
desfinanciándolo, Aníbal, las expectativas sobre Vidal, creo que
son aspectos que pueden haber contribuido al escenario final.
La
ilusión se repite en la provincia tanto como en la ciudad: la idea
de una estructura nueva. Sin aparato, Vidal va a gobernar sola, sin
apoyarse en el peronismo, o en mi entender en este caso, en el
peronismo de raíz duhaldista, o quizá como parte de un posible
arreglo con Massa.
Los
cambios, con otros protagonistas, con otros o similares acuerdos de
poder, la diferencia en la gestión, los ajustes nacionales y
provinciales y su repercusión en la comunidad, son hoy dudas e
hipótesis que no tienen respuesta.
La
nación, ballotage y después
Elegir
entre Scioli y Macri es redundante, pero deja en el centro dos
administraciones de poder.
El
kirchenerismo se debatirá en volver a redoblar la apuesta como hizo
hasta ahora en cada crisis, o en sciolizar la campaña.
Más
allá de semejanzas, los componentes de cada una de las fuerzas son
distintos, el peso de esas estructuras propias condiciona
determinadas acciones. Los componentes populares forman parte del
sciolismo.
Qué
hacer en el ballotage para las fuerzas independientes a esas
estructuras oscilará entre acuerdos que garanticen cargos y poder o
principios de lectura política que emparentan a ambos dirigentes y
espacios o quienes los diferencian en relación al campo popular o a
las críticas al kirchenerismo y los cambios buscados.
Lo
pendiente
Lo
que preocupa dentro de la propia identidad es la falta de una fuerza
nacional, provincial y local que exprese un modelo de país,
provincia y ciudad que deseamos, que nos permita encontrarnos para
debatir, organizarnos y construirlo.
El
kirchnerismo ha generado debates y acciones, pero su organización es
netamente justicialista, con líneas internas y momentos de poder, y
con jefaturas centralizadas.
Desde
las terceras fuerzas no se ha logrado generar una continuidad y
autonomía que permita articular frentes que no absorban o anulen
dichas fuerzas. Todas se han licuado en frentes donde han perdido
identidad y organización, siendo absorbidas por las estructuras
centrales de poder.
Los
desafíos siguen pendientes, solo que se vuelven cada día más
urgentes.