martes, 25 de mayo de 2010

Impunidad


Esta semana que paso sucedieron tres hechos repudiables que envuelven actitudes del Estado, a través de la justicia y de representantes legislativos, dejando en claro una forma de pensar a los jóvenes, a los niños y a los pobres.

El fin de semana el Senador Sanz aseguro que la asignación por hijo (que no es universal), se va por la canaleta del juego y la droga. Esta aseveración deja al desnudo un pensamiento que se puede unir a muchas otras caracterizaciones: los planes de empleo generan vagos, cuando mas ayudas menos la gente busca trabajar, en este país no labura quien no quiere, lo que se busca no es ayudar a la gente sino generar clientes.
Muy pobres pero mira… fuman y tienen televisor (ahora se dice celular o cable), Perón les regalaba casas y usaban el parquet para hacer asados.

Estos compatriotas piensan así. Creen que ellos son distintos. Que ellos pueden por si mismos, que esta Argentina excluida y sumergida, marginada, con pocas posibilidades es generada por falta de voluntad de las personas y acentuada por las políticas sociales.

A esto se le sumo en nuestra ciudad la absolución de un policía acusado de matar a un chico de 14 años en su casa, dejando la muerte impune.
Aquí surgieron comentarios irreproducibles: eran terribles los chicos, hacían ruido y molestaban a los vecinos, la policía respondió ya que les tiraron desde adentro.
Y por si esto fuera poco las declaraciones temerarias del abogado defensor, hablando de tribus, de venganza.

Que seguridad protegio a Giuliano y su familia? A quienes protege este Estado?

Se termina de asociar a los jóvenes y a los pobres como peligrosos y desafiantes, delincuentes potenciales, marginales, como lo otro, lo distinto, asociado a los mismos valores y amenazas.

Se mato a un chico de 14 años, en una situación prevenible y evitable. Se corona esta muerte con impunidad. Muere un chico en su casa, en manos del arma de un policía y no se sabe quien lo mato.
Como no pensar en complicidad, en encubrimiento, en un mensaje claro de parte del Estado de que no le importa la muerte de un menor en su casa.
Nada justifica esta muerte.

Estigmatización, marginación, rencor, muerte, miedo a los distintos. Desconfianza.

Tenemos muchos desafíos por delante.

Solidaridad, confianza, respeto, cercanía, encuentro. Construir acceso a derechos básicos, un Estado que priorice elevar la calidad de vida de todos.

Queremos un Estado cercano, presente, previniendo, generando espacios de promoción, de encuentro. Bienvenida la asignación por hijo, sustentada en educación, salud, trabajo, vivienda, participación de los vecinos.