viernes, 8 de abril de 2016

Una defensa de la consejera escolar

Ella no es un cuadro político, si lo fuera más allá de la ideología que posea, habría sabido que tenía que guardar silencio.
No es su culpa haber estudiado docencia y que no se le haya enseñado el rol del docente, el del sistema educativo, el de los comedores, la necesidad de la educación y que para educarse es primordial tener satisfechas las necesidades básicas.
Aparte de estudiar, ella ejerció la docencia pensando de esa manera. Creyendo que si tenés hambre, tenés que comer cualquier cosa.
Nos quedaremos con la duda si en algún momento ella misma tuvo hambre y entendió que en esa situación debía aceptar cualquier cosa de parte del Estado.
Habló en salas de profesores y en reuniones docentes, participó de recreos, debe haber dicho frases similares a sus pares y nadie le dijo barbaridades al escucharlas, como ahora que las dijo desde su cargo electo
También militó en política, fue a reuniones, fue parte de encuentros y debates. De hecho, allí debe haber sido seleccionada para encabezar la lista para ser candidata a Presidenta del Consejo Escolar (Cargo al que no accedió por no tener mayoría su fuerza, ni lograr los acuerdos necesarios).
 Allí debe haber realizado comentarios de este tipo y seguramente la escucharon militantes y funcionarios de muchos años, de estudio, de formación que tampoco reaccionaron frente a estas frases.
Indudablemente ni los estudios, ni su trabajo, ni su militancia política contradijeron sus afirmaciones.  Se cruzó con muchos, la escucharon muchos…
El problema surgió cuando la escucharon quienes se horrorizaron porque no piensan como ella. Los que entienden que lo que afirmó es una barbaridad discriminatoria, que no se puede ejercer la docencia, ni un cargo público desde esa visión política, social y humana.
Pero para ese entonces, ella ya ocupaba un cargo electo, había hablado en público y se había asentado en actas.
Se le pidió la renuncia después del repudio público de gremios, partidos políticos, periodistas, docentes, trabajadores sociales y ciudadanos.
Pero fue recién después de todo esto, sin que sus manifestaciones hayan generado el rechazo de sus referentes políticos y de sus compañeros de militancia, que se le pidió la renuncia.

Es algo para pensar, aparte de repudiar. Ella no es más que un emergente de una forma de valorar lo social y pensar la educación.