miércoles, 8 de agosto de 2007

De eso no se habla


Las reflexiones sobre la libertad de prensa y la política, se reactivan durante las campañas.
Este paso que hace la tecnología y el ritmo de vida ha cambiado al sistema político actual desde una democracia de electores a una democracia de audiencia y opinión pública, dejando sobre el tapete la inequidad en el acceso a los medios de comunicación de los distintos actores sociales para debatir con la gente las propuestas o dar a conocer críticas.
Los grandes medios que entrecruzan sus intereses entre si y son sostenidos por empresas y estructuras de poder, generan una tendencia a perpetuación del status quo, un manejo de la realidad y de los debates posibles en la ciudad que ocultan mucho de lo que sucede y no les conviene que se vea.
Los programas, los temas, los invitados, las encuestas, se dan a conocer o no, en base a intereses y posibles conflictos que generen beneficios para los sostenedores publicitarios de los espacios.
El Estado a su vez, a través de la pauta de publicidad, actúa como un factor más de poder, que en concordancia con estos intereses, niego o habilita el acceso a los medios.
La impunidad y la falta de ética en el manejo de las pautas hace que en Bahía Blanca el municipio haya cuadruplicado la inversión en publicidad comparando el periodo enero-julio 2006 – 2007.
A su vez las pautas de los organismos estatales como Pami, el Banco Nación, el Banco Provincia aumentan generando espacios para sus apadrinados, obviamente todo con fondos públicos y con imposible control por parte de los ciudadanos.
Se vuelve habitual escuchar que tal medio o tal periodista reciben dinero de tal o cual grupo y por esto niegan o habilitan el acceso, muestra u ocultan. En la confianza en la convivencia con los mismos comunciadores nos aclaran que no pueden hacer notas o que tienen ordenes determinadas.
Plantear este debate es ir contra los intereses de las producciones periodísticas y de los medios, por lo que pasa a ser poco recomendable hacerlo especialmente en momentos en lo que ya de por si, es difícil acceder a los mismos, pero es precisamente cuando más se ve esta injusticia.
Quizás que la gente observe y reflexione esta situación y rechace estos manejos vuelva con el tiempo menos efectivos los mecanismos de manejo y devuelva un poco la justicia y las posibilidades de discutir una ciudad mejor.