lunes, 27 de agosto de 2007

CAMPAÑA Y BARRIOS


Comenzamos a visitar los barrios donde compañeros están trabajando, para encontrarnos en una reunión y aprovechar a volantear material.
Tomar contacto con la gente es agradable y enriquecedor, no es que uno viva en una burbuja, pero en los circuitos que uno se mueve la gente es la misma y saben lo que uno piensa y como se maneja.
En la calle uno se encuentra con gente para decirle que le va a hablar de política en un momento en el que esta sola frase puede hacer que mucha gente te mande a la mierda o empiece con preconceptos.
La experiencia de Harden Green y el 17 de agosto ya fue grata hace dos años, cuando volanteamos: las puertas abiertas, la gente agradecida, con alguna frase critica o de aliento pero en buenos términos, interesada por la propuesta.
El respeto a nuestro compañero, Tito, y su familia, valorando su actitud como buen vecino, solidario, participativo también nos hace ver los compañeros que tenemos y el camino a seguir. Indudablemente muchas de las puertas que se abrieron se debió a ello. Su compromiso con los vecinos, con el barrio, su honestidad y sencillez.
Viene gente distinta, con ganas de contar lo que piensa y como ve la cosa.
En la charla salieron algunas perlas impresionantes:

La gente reclamando cambios desde lo ético y de lo político.
Algunos recuperando la historia de un barrio hecho por la municipalidad como un modelo de barrio obrero, con los servicios que eran un adelanto para esa época y queriendo valorarlo hoy, enfrentado con el reclamo de una vecina sobre el porque le relocalizaron a gente sin recursos de una Villa (hace mas de 20 años) y de un plan municipal.
Lo que es un hecho identitario del barrio era hoy un reclamo hacia otros que necesitaban ese reconocimiento de derechos, los que eran esposos o hijos de trabajadores, reclamaban que les molestaba y atentaba contra su seguridad y progreso que gente humilde, trabajadora, se hubiera mudado a pocas cuadras.
Un municipio que no hizo, ni hace nada por respetar la identidad del barrio y generar unión en la diversidad, heridas que parecen pendientes desde hace 20 años y que joden el progreso de todos.

Pensar en un municipio que tenga un proyecto piloto, moderno, progresista, probando propuestas, planificando parece hoy utopico y desafiante.
Chicos que piden respuestas y apoyo, con ganas y críticas, y un abuelo cansado y con ganas que espera que algo cambie éticamente.
Una vecina que contó varios proyectos y su desilusión frente a los planteos clientelisticos, de a que partido pertenecía o de dirigentes que los acompaño y cuando accedieron a un cargo le negaron apoyo, después de laburar juntos hasta las 5 de la mañana.

Un municipio que no hizo, ni hace nada por respetar la identidad del barrio y generar unión en la diversidad, heridas que parecen pendientes desde hace 20 años y que joden el progreso de todos.
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Poca gente, pero una muestra del lugar, dos barrios o tres, realidades distintas, pero necesidades semejantes, un estado que les devuelva los que les corresponde, lo que delegaron pero sigue siendo su derecho.
Son esos encuentros los que te obligan políticamente, los compañeros que viven con coherencia y confían en vos, la gente que necesita, los que no comprenden la necesidad de otros, lo que queda por hacer, las ganas de demostrar que se puede y que se deben hacer cosas distintas.