sábado, 6 de octubre de 2007

40 Años de la Muerte del Che


La vida del Che, su generosidad, su radicalidad, su coherencia nos llevan a cuestionar nuestra vida siempre. En parte porque debemos ser como el Che y a su vez sabiendo que nuestros caminos son distintos, quiza los tiempos, la forma de querer transformar la sociedad.
Lo que intenta uno que sea igual es esa capacidad para indignarse con la injusticia, la búsqueda de conocimiento, de creación de alternativas que permita una sociedad mas justa.
Estos días de hablar con la gente, de exponer ideas, la figura del Che se cruzo varias veces. Algunos de los que rechazan “la política” lo hacen en nombre de él. Lo complejo es que no esta acompañado esto con esta enjundia que antes mencionaba, este profundo rechazo hacia la injusticia, esta sed de luchar, de pelear por lo que es justo.
Este rechazo generado en la visión que nos dejo la última dictadura y este “capitalismo vencedor”, muchas veces disfraza la comodidad de no calentarse por el otro, no ser solidarios y, peor aun, no afrontar su propia vida, no pelear por lo que es de uno.
El son todos iguales, el para que me voy a meter, el volate arrojado con bronca, focaliza mal el rechazo, la bronca. Es ese que se vayan todos, pero para eso tengo que entrar yo.
Tanta riqueza y tanta pobreza vuelven imperativo el reclamo de equidad, respeto, justicia, libertad, solidaridad: el socialismo.
Uno no tiene “ni un tantito así” su humildad y generosidad, su rectitud y su coherencia, pero su imagen nos lleva a reflexionar.
Ojala seamos en algo como el Che, ojala no se indignara de nosotros viéndonos como burócratas desapasionados, administradores o funcionarios de un estado de cosas injusto.
Son más de 40 años con el Che


El éxito o el fracaso no dictan lo acertado del camino

Fidel Castro